Calculadoras analógicas
La idea de mecanizar el cálculo es bastante antigua. Los primeros dispositivos que el hombre utilizó en este sentido fueron los ábacos, constituidos por un conjunto de bolas o cuentas enfiladas en unas varillas, a lo largo de las cuales podían deslizarse. Era un instrumento, posiblemente ideado en Babilonia, que servía para la realización de operaciones aritméticas sencillas, como la suma, la resta y el producto. Fue muy empleado por los comerciantes hasta la edad media y, luego, paulatinamente abandonado, a medida que se iba imponiendo la numeración arábiga. A partir del siglo XVI, se empezaron a diseñar calculadoras mecánicas, basadas en diversos métodos, entre los que destacaba el que empleaba complejos sistemas de engranajes entre ruedas dentadas. En este sentido, en el siglo XVII destacaron la máquina de Blaise Pascal y la ideada por Leibnitz, aunque en ambas se registraban diversos fallos. En el siglo XIX, apareció la máquina de Babbage, precursora de los modernos...