Apariencia y realidad

La teoría del conocimiento siempre se ha basado en la consideración de dos polos distintos: unas facultades que intentan conocer, y un objeto o cosa que se quiere conocer. La distancia entre uno y otro extremo ha conducido a la contraposición de dos mundos: el real y el aparente. Esta cuestión, que desde una perspectiva natural u ordinaria puede parecer innecesaria, constituye sin embargo la base del pensamiento filosófico de todas las épocas, ya que si el objeto de la filosofía es conocer lo que existe, ¿cómo saber que aquello que uno considera cierto no es sino algo aparente, accidental o innecesario?. Imaginemos que se intenta conocer un objeto cualquiera, como un árbol. Según la teoría del conocimiento clásica, se puede distinguir entre la imagen mental del árbol y el árbol mismo, que crece al margen del entendimiento humano y es por sí. ¿Qué garantía hay de que la imagen mental que el hombre tiene del árbol se corresponde con la naturaleza del árbol mismo? Podría suceder...